El debate economía - medio
ambiente es uno de los que ha suscitado las polémicas más arduas en términos de
su relación con la sustentabilidad. Se ha señalado con razón que aún la ciencia
económica no tiene una respuesta convincente a la crítica ecológica. La
economía falla al valorar la riqueza global de las naciones, sus recursos
naturales y especialmente los precios de las materias primas.
Por ejemplo, si nos referimos
al precio de los recursos energéticos agotables, es evidente que su valoración
siempre es menor que la real en términos de su preservación para las futuras
generaciones. También es posible cuestionarse si el precio que las industrias
tienen que pagar por insertar residuos no reciclados al ambiente tampoco sea el
racional.
Entonces, cuáles serán los
precios adecuados. Aquí se incorpora usualmente la noción de externalidades
como los aspectos ambientales que no tienen valoración cuantitativa en la
contabilidad o en el proceso de producción. De allí la importancia de valorizar
los recursos al menos por su costo de reposición y construir con ellos por
ejemplo, cuentas del patrimonio natural para saber qué y cuánto tenemos, cómo
lo podríamos usar en diferentes alternativas y cuánto nos queda en cada caso.
Para desarrollar el tema de la
dimensión económica de la sustentabilidad se puede plantear la pregunta: ¿Es
posible la sostenibilidad ambiental con la economía de mercado? Esta cuestión
requiere de un debate en el que se requiere admitir como modelo económico
sostenible desde el punto de vista ambiental a aquél que se adecua a los ciclos
biogeoquímicos de la materia, y le permite así perpetuarse en el tiempo.
Existen una serie de acuerdos que al establecer determinadas metas ambientales,
de manera de influir en las formas, productos y subproductos de las actividades
económicas. Existen también normas que promueven influir en la mejora ambiental
de la actividad de una empresa, pero cuya aceptación y desarrollo son
plenamente voluntarias, (normas ISO 14000). A otra escala, también existen
procedimientos de evaluación de los impactos ambientales generados por un
proyecto o actividad.
Pero sin duda la pregunta trae
a colación, según el mismo autor, otra que plantea: ¿Es posible hacer
sostenible la relación que mantienen la economía y el medio natural sin cambiar
el modelo económico? El modelo económico actual se basa en la búsqueda de la
plusvalía. Toda actividad está hecha a través de esta lógica, en la que además
el interés privado prevalece sobre el interés colectivo. El dueño de los
recursos tiene derecho a explotarlos de la forma que mejor convenga a sus
intereses, es decir de la forma que mayor plusvalía obtenga. Visto el panorama,
las administraciones parecen intentar hacer lo posible por que la mayor
plusvalía se obtenga realizando actividades sostenibles, ya sea mediante ayudas
a la mejora tecnológica o certificando sellos que mejoren la imagen de la
empresa. Pero el camino andado en este sentido ya que sólo se producen mejoras
parciales y el modelo económico sigue siendo insostenible.
FUENTE BIBLIOGRÁFICA:
- Desarrollo sustentable itescam, dimensión económica, (nd), consultado el 04 de septiembre del 2015, de: https://www.itescam.edu.mx/portal/asignatura.php?clave_asig=ACD-0908&carrera=ISIC-2010-224&id_d=135
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