2.1 El ecosistema.



El ecosistema es el conjunto de especies de un área determinada que interactúan entre ellas y con su ambiente abiótico; mediante procesos como la depredación, el parasitismo, la competencia y la simbiosis, y con su ambiente al desintegrarse y volver a ser parte del ciclo de energía y de nutrientes. Las especies del ecosistema, incluyendo bacterias, hongos, plantas y animales dependen unas de otras. Las relaciones entre las especies y su medio, resultan en el flujo de materia y energía del ecosistema.

El significado del concepto de ecosistema ha evolucionado desde su origen. El término acuñado en los años 1930s, se adscribe a los botánicos ingleses Roy Clapham (1904-1990) y Sir Arthur Tansley (1871-1955). En un principio se aplicó a unidades de diversas escalas espaciales, desde un pedazo de tronco degradado, un charco, una región o la biosfera entera del planeta, siempre y cuando en ellas pudieran existir organismos, ambiente físico e interacciones. 


Es importante subrayar que existen varias formas de llevar a cabo el estudio de un ecosistema, más concretamente tres son los métodos habituales. 


Así, en primer lugar, se puede realizar el análisis del mismo mediante las relaciones alimentarias que en él se producen lo que se traduce en que se hable de la energía que llega a la Tierra desde el Sol para que pase de unos organismos a otros. Esto daría a su vez lugar a las llamadas, como hemos citado anteriormente, cadenas tróficas donde están las plantas, los consumidores primarios o herbívoros, los consumidores secundarios o carnívoros, y los necrófagos.

Los ecosistemas aglutinan a todos los factores bióticos (es decir, a las plantas, animales y microorganismos) de un área determinada con los factores abióticos del medio ambiente. Se trata, por lo tanto, de una unidad compuesta por organismos interdependientes que forman cadenas tróficas o alimenticias (la corriente de energía y nutrientes establecida entre las especies de un ecosistema con relación a su nutrición).


La segunda manera de estudiar un ecosistema es mediante los ciclos de la materia. Con ellos lo que se expresa es como los distintos elementos químicos (oxígeno, hidrógeno, carbono…) que forman a los distintos seres vivos van pasando de unos niveles tróficos a otros.

Y la tercera forma de análisis es la de centrarse en el llamado flujo de energía que va pasando de un nivel a otro y que es el encargado de que el ecosistema esté en funcionamiento. En este caso tenemos que subrayar que dicha energía siempre sigue la misma dirección.

La noción de ecosistema surgió en la década de 1930 para explicar la compleja interacción entre los seres vivos, las corrientes de energía, los recursos materiales, y la comunidad en la que se desarrollan.

A mayor número de especies (es decir, mayor biodiversidad), el ecosistema suele presentar una mayor capacidad de recuperación. Esto es posible gracias a las mejores posibilidades de absorción y reducción de los cambios ambientales.

El concepto de hábitat está asociado al de ecosistema. El hábitat es el lugar físico del ecosistema, una región que ofrece las condiciones naturales necesarias para la subsistencia y reproducción de las especies.








FUENTES BIBLIOGRÁFICAS:




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